Me parece muy acertada la defensa del pluralismo epistemológico que
hace en este artículo el prof. Nubiola, frente al escepticismo relativista y el
pragmatismo vulgar. Ciertamente es posible una vía intermedia que defienda un
falibilismo sin escepticismo y un pluralismo cooperativo.
Por ejemplo las ciencias, aunque con titubeos y errores por ser
actividades humanas, ayudan al progreso del hombre y a la comprensión del mundo.
Aunque el falibilismo sea una característica del conocimiento humano, esto no
implica que se deba renunciar a la verdad, el pragmatista no renuncia a la
verdad, sabe que el conocimiento al ser una actividad humana siempre puede ser
corregido, mejorado y aumentado.
Por esto, el rechazo de la búsqueda de la verdad de Rorty (por
considerarlo un sueño dogmático cientista), es contrario a la tradición
pragmatista. De ahí la calificación al pragmatismo de Rorty como “pragmatismo
vulgar”, por considerar que las ciencias no presentan verdades objetivas sobre
el mundo. Y es que por el hecho de que se tengan opiniones diferentes sobre una
materia no puede inferirse que no haya verdad alguna sobre dicha materia. Esto
me hace recordar el conocido cuento de los 3 ciegos y el elefante:
Tres hombres ciegos de nacimiento, discutían sobre los elefantes.
Llegando a la conclusión de que poco sabían sobre el tema, resolvieron acercarse
a un elefante para investigar, y luego reunirse a compartir sus observaciones,
por lo que pidieron a otras personas que los acercaran a algún
elefante.
El primero de los ciegos quedó al lado de la pata de un elefante;
el segundo, cerca de la trompa; y el tercero, en la parte de atrás. Y los tres
se dedicaron a estudiar su elefante con los sentidos de que
disponían.
Una vez que los tres llegaron a su propia conclusión, se volvieron
a reunir para compartir sus experiencias:
-El elefante es como una gran columna rugosa, maciza, inamovible,
que nace del suelo y se eleva, -dijo el primero de los
ciegos.
-¡De ninguna manera! -le interrumpió el segundo- De cierto y por
mis observaciones puedo decir que el elefante es un tubo flexible que en uno de
sus extremos es húmedo.
-¡No discutan! -dijo el tercero- Sin lugar a dudas el elefante es
una masa gigantesca y rugosa, sostenida sobre dos columnas que se mueven, y que
en la parte superior tiene una soga que se mueve como un látigo".
Bueno, ellos discutieron y discutieron sobre lo qué era un
elefante, y debido a que no se escuchaban y aprendían uno a otro, nunca
encontraron la verdad. Vemos que el conocer una parte o un aspecto parcial de
las cosas, es insuficiente para explicarlo todo, quedando este conocimiento
siempre abierto a nuevas formulaciones.
El pluralismo estriba no sólo en afirmar que hay diversas maneras
de pensar acerca de las cosas, sino además en sostener que mediante el contraste
con la experiencia y el diálogo racional los seres humanos somos capaces de
reconocer la superioridad de un parecer sobre otro. Por eso nuestros
conocimientos deben ser corregidos y mejorados conforme vayamos ampliando
nuestro saber.
A mi parecer este es el error del relativista: el creer que no hay
verdad, sino sólo diálogo; que sólo hay diversidad de perspectivas radicalmente
inconmensurables. Con esta postura no sólo se contradice asimismo, sino que a la
vez, niega la capacidad de perfeccionamiento real y de progreso humano. Por su
parte, el pragmatismo pluralista sostiene que la búsqueda de la verdad es
enriquecedora, porque la verdad es perfeccionamiento. Y sostiene también que no
hay un único camino de acceso privilegiado a la verdad, hay variadas vías por
donde conducirnos a ella.
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